Seguridad e internet son, de momento, dos términos incompatibles si no se adoptan las medidas preventivas necesarias. La privacidad en las comunicaciones a través de la red siempre ha estado en entredicho y más ahora con el escándalo Snowden de supuesto espionaje masivo de EEUU a través de Internet. Es esta inseguridad la que obliga a utilizar medios de encriptación de mensajes para comunicaciones importantes a través de la red.
Los mayores riesgos que existen al utilizar Internet son los software maliciosos o malware. Fraudes como el ‘phising’ o el ‘pharming’, virus de todo tipo, troyanos, etc., son los verdaderos riesgos a los que se expone todo aquel que tiene una conexión a la red de redes. Haciendo un repaso rápido de estas amenazas, podríamos definir el ‘phising’ como una suplantación de identidad de forma fraudulenta con el propósito de obtener claves, principalmente bancarias, del usuario. Por su parte, el ‘pharming’ es un redireccionamiento del usuario hacia páginas webs falsas, previa instalación por parte del atacante de un programa malicioso en el sistema del usuario.
Los virus son programas que se introducen en el sistema para provocarle daños y que se reproducen con mucha rapidez, por lo que es conveniente utilizar medidas preventivas (antivirus) que los detecten y eliminen. Los gusanos son programas que se instalan en redes de ordenadores que pueden actuar en segundo plano, enviando por ejemplo correos electrónicos de forma masiva sin conocimiento del usuario. Finalmente, los troyanos son programas aparentemente inofensivos y legales pero que, al ejecutarlos, causan daños en el sistema.
Medidas de protección
Sin embargo, ante estas amenazas, el usuario no está indefenso. Es más, si se adoptan las medidas preventivas suficientes, los ataques de virus no tienen por qué convertirse en un problema. La primera medida a adoptar será no instalar nunca software que no proceda de una fuente fiable, así como saber identificar las amenazas que coexisten en Internet. En segundo lugar, es necesario tener instalados programas antivirus, así como cortafuegos y controladores de ‘spyware’. Y como los virus se van modernizando, es necesario actualizar periódicamente estos programas y mantenerse informado sobre las últimas variantes de virus existentes. Asimismo, es recomendable hacer copias de seguridad del contenido de los equipos para prevenir posible destrucción de archivos por parte de un virus.
Por otro lado, es fundamental que el usuario conozca todas las modalidades de fraudes por internet, para evitar ser víctima de alguno de ellos. En este sentido, el usuario debe tener claro que las entidades financieras jamás solicitan información sobre claves y nombre de usuario a través de la red.
Cualquier correo que solicite este tipo de información confidencial del usuario ha de ser rechazado y eliminado, ya que lo más normal es que se trate de un caso de ‘phising’, en el que el remitente suplanta la identidad de una entidad bancaria. De igual manera, cuantos más niveles de seguridad se pongan para el acceso a sitios web con información sensible, más difícil será para un atacante poner en compromiso los datos o bienes que se gestionen a través de ese sistema.
Algunos recursos de interés para estar protegido
Tanto si se trata de una persona física como jurídica, los datos son uno de los activos intangibles más valiosos de los que dispones. Por ello, una adecuada seguridad y protección de los mismos es fundamental para evitar disgustos. A continuación, enumeramos algunos de los recursos disponibles para mejorar tu conocimiento y dotarte de las herramientas necesarias:
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