Se debe facilitar al usuario los términos y condiciones de uso de la APP y su previo consentimiento.

El término App es una abreviatura de la palabra inglesa Application. Es decir, una App es un programa generalmente dirigido a su uso en tabletas o teléfonos inteligentes, y que abarca una amplia gama de fines como la navegación en internet, las comunicaciones, el entretenimiento, las redes sociales, etc.

Cada uno de los dispositivos inteligentes más utilizados tiene su propia tienda de aplicaciones y generalmente un sistema operativo determinado. Según datos publicados en el Dictamen 02/2013 de la Unión Europea, las tiendas de aplicaciones reciben cada día 1.600 nuevas aplicaciones, y el usuario medio cuenta con un promedio de descargas de 37 aplicaciones al año. Su éxito recae en el amplio abanico de Apps que hay en el mercado y que satisfacen las necesidades y gustos de todo tipo de personas y edades, así como su precio, ya que muchas de ellas son gratuitas o muy económicas.

Los principales riesgos que se desprenden para los usuarios finales en la descarga de una App, son la falta de transparencia y conocimiento de los términos y condiciones de uso de la aplicación, así como la falta de consentimiento previo a su instalación. Es por eso, que los desarrolladores de aplicaciones deberán cumplir con los requerimientos establecidos en la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y Comercio Electrónico (LSSI-CE), para garantizar el cumplimiento con la Directiva sobre la privacidad electrónica que exige:

  1. La aceptación de los términos y condiciones de uso por parte del usuario, tras habérsele facilitado información clara y completa sobre la identidad del prestador de servicios, así como información relativa de la cesión a terceros, y de los datos vinculados a la utilización de la aplicación instalada.
  2. El consentimiento previo por parte del usuario para la instalación de la App y para la utilización de otras aplicaciones de las que dispone el propio dispositivo (por ejemplo: la lista de contactos, correo electrónico, etc.) y de las que la nueva aplicación requiere para su propio uso.

Por último, pero no por ello menos importante, los usuarios deben tener la posibilidad de desinstalar la aplicación  de forma sencilla, eficaz y gratuita.

Aplicaciones y LSSI

La instalación de las aplicaciones en nuestros dispositivos móviles puede llegar a recoger una gran cantidad de datos de carácter personal. Por este motivo, en febrero del 2013, las autoridades europeas de protección de datos, aprobaron el primer dictamen que clarifica el marco jurídico aplicable al uso de Apps para dispositivos inteligentes, (denominado Dictamen 2/2013 del Grupo de Trabajo del artículo 29 de la Directiva 95/46) concluyendo que resulta de plena aplicación la normativa de protección de datos (LOPD) para los desarrolladores de aplicaciones.