La Unión Europea ha aprobado el primer reglamento mundial destinado a regular la Inteligencia Artificial (IA) y establecer un estándar global en su uso. Tras su primera conformidad en marzo por el Parlamento Europeo, el Consejo, compuesto por representantes de los 27 estados miembro, ha dado su aprobación definitiva esta semana, sin debate y por unanimidad, a una legislación considerada «histórica». Esta normativa, que entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE, se implementará gradualmente hasta su plena vigencia en 2026 (aunque algunas disposiciones se aplicarán a los seis o doce meses).
La aprobación de esta normativa marca un hito en la regulación de la inteligencia artificial a nivel mundial y posiciona a la UE como líder en la creación de un marco legal para esta tecnología emergente.
Objetivos de la nueva regulación
La nueva regulación tiene como objetivo promover el desarrollo y la adopción de sistemas de IA seguros y fiables en el mercado único de la UE, tanto por actores públicos como privados. Al mismo tiempo, está orientada a garantizar el respeto de los derechos fundamentales de los ciudadanos y fomentar la inversión y la innovación en Europa.
La normativa sigue un enfoque basado en los riesgos, lo que significa que, cuanto mayor sea el peligro para la sociedad, más estrictas serán las normas. Por ejemplo, los sistemas de IA de riesgo limitado tendrán obligaciones de transparencia mínimas, mientras que los de alto riesgo deberán cumplir requisitos más estrictos para acceder al mercado de la UE.
¿Qué se prohíbe?
El reglamento prohíbe los sistemas de manipulación cognitivo-conductual y de puntuación social debido a su riesgo inaceptable. También se prohíbe el uso de IA para vigilancia policial predictiva basada en perfiles y sistemas que utilizan datos biométricos para clasificar a las personas según raza, religión u orientación sexual. Estas prohibiciones entrarán en vigor en noviembre. Además, se prohíben los sistemas destinados a crear bases de datos faciales a partir de imágenes captadas indiscriminadamente en Internet o grabaciones audiovisuales.
Exenciones y usos autorizados
La normativa incluye exenciones para los sistemas utilizados exclusivamente con fines militares y de defensa o investigación, lo que ha generado polémica durante su tramitación en el Parlamento Europeo. Las autoridades policiales podrán utilizar cámaras de reconocimiento facial con autorización judicial para prevenir amenazas terroristas, el tráfico de personas, la explotación sexual y la búsqueda de víctimas y menores desaparecidos.

Implicaciones en la inteligencia artificial generativa
Los modelos de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, deberán indicar claramente si un texto, canción o fotografía ha sido generado por IA y garantizar que los datos utilizados para entrenar a los sistemas respetan los derechos de autor.
Sanciones por incumplimiento del reglamento de Inteligencia Artificial
Las entidades que deseen implementar sistemas de IA de alto riesgo deberán realizar una evaluación de impacto sobre los derechos fundamentales. El reglamento exige una mayor transparencia en el desarrollo y uso de estos sistemas, con la obligación de registrarlos en una base de datos de la UE. Los usuarios de sistemas de reconocimiento de emociones deberán informar a las personas expuestas a dichos sistemas.
En caso de incumplimiento, se prevén multas significativas, que van desde el 1,5% del volumen de negocios anual global de la empresa infractora o 7,5 millones de euros, hasta el 7% o 35 millones de euros. Las pymes y startups estarán sujetas a multas administrativas proporcionales. Se articulan en tres niveles según el tipo de infracción, abarcando desde la falta de información, la información incorrecta sobre el sistema de IA, el incumplimiento de las obligaciones de la Reglamento o el uso y comercialización de sistemas prohibidos.

¿Cómo se hará cumplir el nuevo marco regulatorio?
Para asegurar el cumplimiento, el reglamento establece una nueva estructura de gobernanza que incluye la creación de una oficina de IA dentro de la Comisión Europea, un panel científico de expertos independientes, una Junta de IA con representantes de los Estados miembro y un foro consultivo para proporcionar conocimientos técnicos.
Los expertos creen que la aprobación de la Reglamento de IA en Europa puede dictar nuevos parámetros de competencia en el mercado emergente a nivel mundial. La regulación hará posible que los emprendimientos europeos de inteligencia artificial tengan más oportunidades de competir con las grandes corporaciones estadounidenses que dominan la industria.
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